Herschel: Guillermo Herschel nació en Hannover, en 1738. Estudió música (fue organista de la ciudad de Bath), pero se aficionó a la astro- nomía, leyendo tratados de óptica y matemáti- ca. Quiso comprarse un telescopio, pero exce- día sus posibilidades económicas, por lo que decidió fabricárselo. Poco a poco, fue construyéndose teles- copios mejores, para observar mejor el Sistema Solar. En una de estas observaciones, en marzo de 1871, descubrió un planeta. Con este descu- brimiento, el límite conocido de nuestro Sis- tema Solar, pasaba de nueve DISTA (que es la distancia a la que se encuentra Saturno del Sol), a diecinueve veces. A este nuevo planeta le pusieron el nombre de Urano. Este acontecimiento cambió su vida, porque se convirtió en astrónomo real, dejando la música para sus momentos de ocio. Siguió construyendo telescopios más potentes, y se puso a estudiar las estrellas. Así descubrió el desplazamiento estelar, que el Sol pertene- ce a una Galaxia, la forma de la misma, y la composición de algunas nebulosas. Laplace: Científico francés, nacido a finales del siglo XVIII. Propuso (casi a dúo con Kant) una teoría sobre el origen del Sistema Solar, conocida como “Hipótesis de la Nebulosa Primi- tiva”. Esta teoría sitúa el posible origen de nuestro Sistema Solar en una nube de gas de un tamaño mucho mayor que el de nuestro actual S.S. Esta nube, tendría un movimiento de rota- ción. La acción de la gravedad, impulsaría las partículas hacia el interior de la nube, ha- ciéndola cada vez menor. Así, se fue formando un Sol en el interior, aumentando la velocidad de rotación, llegando en algunos casos a ex- pulsar partículas (por la fuerza centrífuga), que originarían los planetas. Esta hipótesis tuvo una gran acepta- ción entre la comunidad científica, y se man- tuvo en vigencia durante casi un siglo. Expli- caba muy de acuerdo con la realidad bastantes regularidades del Sistema Solar, pero llegaba a conclusiones erróneas en otros casos, como el sentido del movimiento de rotación (debería ser contrario al de traslación, y no es así ) y el momento angular actual (debería estar acumulado en el Sol, y está casi todo en los planetas). Leverrier: Nacido en 1811. Trabajó en el Liceo de Caen junto a Charles Gay-Lussac (autor de las leyes sobre el comportamiento de los ga- ses), que le aconsejó que se dedicase a la as- tronomía, donde podría aprovechar su inteli- gencia más que con la química. Sin embargo, Leverrier no fue un gran observador, sino calculador. En 1839 publicó un estudio sobre las perturbaciones de las órbitas planetarias entre sí. Posteriormente, realizó otro sobre el movimiento de Mercurio. Así, aplicando las leyes de la Mecáni- ca Celeste al comportamiento de Urano, llegó a la conclusión de que debía haber un cuerpo más en el cielo que perturbaba la órbita de este planeta. Calculó la masa y la distancia de ese cuerpo (problema harto complicado, por cierto) y de ese modo fue como en 1846 se descubrió la existencia de un nuevo planeta, al que se lla- mó Neptuno. Posteriormente, y como Leverrier había pronosticado, el estudio de las variaciones de la órbita de Neptuno llevó al descubrimiento de Plutón en 1930.