Hawkin: Nacido en Oxford en 1942. Desde peque- ño, se sintió atraído por la física. Realizó sus estudios en la Universidad de su ciudad natal, destacando más dentro del equipo de re- meros que con sus notas académicas. Tímido y despistado, tras solicitar un empleo en el Ministerio de Trabajo olvidó pre- sentarse al examen de acceso. Al acabar su ca- rrera, hizo su trabajo de postgrado sobre el tema de la relatividad, trasladándose a la Universidad de Cambridge. En esta época fue cuando empezó a sen- tir problemas musculares, primero leves y pos- teriormente severos. Le diagnosticaron escle- rosis lateral amiotrófica, y le dieron un par de años de vida, que los pasó sumido en una gran depresión. Sin embargo, los médicos se equivocaron. Se casó con Jane Wilde en 1963 y se puso a trabajar para obtener el doctorado. A finales de 1966 presentó su tesis doctoral. Con este trabajo, abría nuevos caminos para la física teórica. Actualmente, ocupa la cátedra de Físi- ca de la Universidad de Cambridge (que un día fue ocupada por Newton). Está privado de casi todo movimiento, y se comunica mediante una pantalla en la que va seleccionando las pala- bras adecuadas. Entre sus aportaciones más destacadas en el terreno de la Cosmología (estudio del origen y evolución del Universo) se encuentra su tesis doctoral, en la que demostró que si la Teoría de la Relatividad es válida, con que se cumplan unas pocas condiciones más, el Uni- verso tuvo que comenzar en una región extraor- dinariamente pequeña (singularidad), en la que se encontraba toda la energía. Una explicación a la conocida teoría del Big Bang, aunque con- siderando que esa primera explosión no sólo originó el Universo, sino que también dio ori- gen al espacio y al tiempo. Como curiosidad, podemos decir que si le hubiese llevado la tesis el profesor que él quería, ésta habrías sido bien diferente, ya que aquél no estaba de acuerdo con las teorías que hablaban de la expansión del universo. Pe- ro, afortunadamente, a Stephen Hawkin le asig- naron otro profesor. Según él, las leyes físicas conocidas no son aplicables a estados de densidad infi- nita, por lo que no se puede hablar de exis- tencia de tiempo en el instante de esa primera explosión. También es conocido por sus trabajos acerca de los agujeros negros. Un agujero ne- gro es una zona donde la acumulación de masa es tan grande, que ni siquiera la luz puede escaparse de la atracción producida por ella. Algo así como una estrella de densidad infi- nita. Por lo tanto, se ignora lo que existe dentro de un agujero negro, y tampoco se puede hablar de tiempo dentro de él. (Es, como ya hemos dicho, un punto de densidad infinita). Para complicar más su estudio, por su propia definición, un agujero negro no se pue- de ver, por lo que aunque exista alguno dentro de nuestra propia galaxia, no lo veremos. Sin embargo, recientes investigaciones del propio Stephen Hawkin han demostrado que los agujeros negros emiten radiación (por el hecho de estar a una temperatura mayor que el cero absoluto, todo cuerpo emite irradia energía), lo que contradice las teorías anteriores del propio Hawkin. Según sus últimas teorías, pues, los agujeros negros pueden ir desapareciendo len- tamente. A partir de aquí, ha llegado a resul- tados tales como la no existencia de una sin- gularidad inicial en el origen del Universo (el famoso "Huevo Cósmico"), pudiendo haber comenzado aquél en un estado de densidad fi- nita. Algunas cuestiones sobre los AGUJEROS NEGROS: La gente pensaba que era imposible que existiesen. Sin embargo, en la década de los cincuenta, en algunos observatorios de ra- dioastronomía dedicados a buscar vida inteli- gente fuera de nuestro planeta, detectaron emisiones de radio en determinadas direcciones concretas. Una galaxia que tuviera una especie de burbuja en su interior, producía este tipo de emisiones, mientras que una galaxia elíptica normal no. Fotografiando esas zonas de máxima radiación, no veían nada nuevo. Por ejemplo, la estrella 3C273 (que está en la constelación de Virgo) tenía el espectro desplazado un 16 por ciento, lo que quería decir que esta es- trella se encontraba muy lejos y que viajaba muy rápidamente por el espacio. Entonces, ¿cómo podía brillar tanto?. A este tipo de fuentes de radio cuasiestelares se les llamó "cuásar". Ésto sirvió para suponer que, de la misma forma que existían los cuásares (que también habían supuesto que no existirían),po- dían existir los gujeros negros, a pesar de que incluso Einstein creía lo contrario. Entonces surge otra pregunta: ¿cómo los puedo detectar, para salir de dudas? El científico ruso Zeldovich se propuso encontrar la respuesta. Llegó a la conclusión de que se podían detectar, observando sus alrededores. Si tengo dos estrellas girando una al- rededor de la otra, una se "rozará" con la otra, ardiendo y emitiendo Rayos X. Si una de esas estrellas es un agujero negro es de su- poner que también la fricción emitirá Rayos X. Además, la estrella visible se deformará por la acción de la gravedad del agujero negro. Así, si encontramos en el Universo es- trellas deformadas que emiten gran cantidad de radiación, y que parecen orbitar alrededor de nada, nos encontraremos muy probablemente con un agujero negro.