En la Edad Media, en Occidente no se produje- ron nuevos aportes astronómicos. La fe fue sustituyendo a todo aprendizaje experimental. La Iglesia Católica tuvo un gran desarrollo, de la mano de los Señores Feudales y a la vez que se preocupaba de conservar y ayudar a la supervivencia de la cultura, sustituyó la ciencia por una fe ciega y por una ingenua visión de los mitos de la Biblia. Un buen ejemplo de esto último es San Agustín, que considera la curiosidad (científica, claro) como una enfermedad, y peligrosa tentación.